domingo, 7 de mayo de 2017

MADRE


La soñé y se hizo realidad,
la llamé y acudió a mi lado,
y cuando las manos extendí,
entre las suyas se alojaron.

Siempre que enferma me sentí,
su sola presencia me sanó.
Las veces que amarga lloré,
mis lágrimas, húmedas y tristes,
con sus dulces besos enjugó.

En sus brazos me refugio,
siempre que me acosa la duda,
buscando ávida su mirada
y haciendo sus palabras mías.

Y cuando con mis labios,
su dulce nombre pronuncio,
siempre digo:
¡Es mi madre!
¡En la que aún me acurruco!

                                                Julita San Frutos© mayo 2017

4 comentarios:

Rebekatalart dijo...

Completamente, mi madre mi refugio. Me encanta.

Juli imagina historias dijo...

Qué bien Rebeca que te encante.

Javier A. dijo...

¿Qué haríamos sin nuestra madre? Siempre a nuestro lado, sin nada a cambio...
Juli: palabras acertadas y reflexivas... Un abrazo.

Juli imagina historias dijo...

Gracias Javi, se la echa mucho de menos cuando ya no está, se nota demasiado su ausencia.