miércoles, 1 de diciembre de 2021

OTRA HISTORIA DE NOCHEBUENA

1 de diciembre de 2021 un buen día, en mi opinión, para publicar esta historia ya que la Nochebuena está cerca.

En esta ocasión la palabra propuesta por nuestra profesora era precisamente esa Nochebuena y en ella me basé para escribirla. 

En fín, disfrutar leyéndola.

Julita

  Miraba embelesada las luces de aquella tienda; sus adornos, tan bien dispuestos por alguna mano sensible, le atraían. Todo en esas fechas le hacía sentirse triste aunque intentaba no demostrarlo nunca. Dentro de su corazón albergaba la esperanza de un milagro. Año tras año cuando las fiestas acababan y la magia no había llegado a su vida, intentaba no sentirse defraudada pensando que quizá el siguiente se hiciese realidad.

  Cruzó la calle repleta de gente, personas que la ignoraban, como lo habían hecho siempre desde que tenía uso de razón y acercándose al escaparate, se deleitó viendo aquellos dulces que nunca podría comer. Alzando la vista vio que una niña más o menos de su edad, acompañada por una señora que bien podía ser su madre, reía y disfrutaba mientras iba colocando en una cesta una a una las golosinas que elegía.

  ¡Le hubiese gustado tanto ser aquella chiquilla! En realidad le gustaría ser cualquiera de las que se cruzaban en su camino, con sus ropas sin remiendos, sus zapatos limpios y enfundadas en sus abrigos nuevos. Se resignaba a ser lo que era, no le quedaba otro remedio.

  Tan ensimismada estaba, que poco a poco su cara se pegó al cristal y su nariz aplastada lo llenó de vaho impidiéndole la vista. Se dio cuenta de ello y se apartó un poco, sacó del bolsillo de su raído abrigo su mano derecha, enfundada en un guante de lana que daba la impresión de que algún perro hubiese mordido, por los agujeros que tenía. Con ella limpió el vapor para que sus ojos siguiesen contemplando aquello que añoraba.

  Ese acto hizo que la cría que estaba dentro de la tienda se fijase en ella y aproximándose la miró. No pudo evitar dar un respingo al pensar que quizá recibiera alguna regañina, pero la mirada dulce que se reflejaba en aquel rostro la dejó inmóvil. Nunca nadie la había mirado de esa manera y no se atrevió a alejarse.

  Vio como la niña se acercaba a la que pensaba que era su madre e hizo que la mirase. Ella seguía pegada al suelo, sus pies eran incapaces de moverse y su mente tampoco se lo pedía. No estaba segura de lo que podía ocurrirle, pero por alguna razón, sabía que no sería nada malo.

lunes, 1 de noviembre de 2021

LAS HISTORIAS QUE VENDRÍAN DESPUÉS

 Bueno, ya estamos a 1 de noviembre, ayer se celebró Halloween supongo que más o menos en la mitad del planeta y yo hoy continúo con los relatos basados en las palabras o frases de nuestra profesora.

En esta ocasión era la que he utilizado como título y que aparece a lo largo del escrito también.

En fin, ¡a disfrutarlo!

Julita

 Siempre, desde el día en que ocurrió y en el instante en que cierro los ojos, me viene a la cabeza la imagen de mi madre recriminándome:

—No puedes ir por la vida haciendo siempre lo que te venga en gana, los actos, en muchos casos y sobre todo cuando no se piensan como se debe, pueden tener consecuencias devastadoras aunque en este momento parezca mentira.

  ¿Por qué no tuve en cuenta sus palabras? Tenía razón. No fui consciente de las historias que vendrían después y que darían un vuelco trascendental a mi vida. Quizá, si únicamente hubiese sido mi existencia, ahora no me encontraría en esta situación, pero no fue así, dejé que las cosas rodasen sin hacer nada por evitarlo.

  Yo fui quien dio el primer empujón y los acontecimientos se fueron desarrollando como si de un tobogán se tratase. La primera obsesión dio paso a la segunda, ésta a la tercera y así sucesivamente hasta llegar al desenlace que jamás debía de haber tenido lugar.

  La miré, me miró y nuestros ojos se sintieron atraídos como si de un imán se tratase. Ya no existieron los demás para nosotros, éramos ella y yo en medio de un universo infinito que se doblegaba a nuestros deseos. ¿Quizá fue un exceso de amor lo que nos llevó a la locura que sobrevino? Quiero pensar que así fue, pues es la única explicación plausible que pudo dar sentido a nuestra historia.

  Éramos dos locos con una única meta: vivir. Vivir como lo hacen los inconscientes, los que se preocupan únicamente de ellos mismos sin tener en cuenta las secuelas que puedan derivarse.

  Fue entonces cuando tenía que haber escuchado a mi madre, haberle hecho caso y no continuar con esa actitud, pero no quise quitarme la venda de los ojos ni atender a la razón y, seguimos adelante.

viernes, 1 de octubre de 2021

EL VATE

Ya estamos a 1 de octubre del año 2021 y, como digo siempre, los días parece que vuelen en lugar de pasar. Hoy siguiendo con mi costumbre, os dejo un relato en el que he utilizado diferentes palabras de nuestro "Taller de Escritura Creativa". 

Las encontraréis en cursiva para que sea fácil identificarlas y os reto a buscar su significado.

Un abrazo.

Julita

  Las salvas se sucedían una tras otra, por lo que estaba seguro de que anunciaban una buena nueva, pero yo, como siempre he pecado de bonhomía, no tenía ni idea, por lo que tuve que buscar a alguien cerca de mí para preguntarle y, de esa forma, hacerle saber que me encontraba totalmente desnortado, o sea, ignorante de la razón por la que ese sonido se estaba produciendo.

  Ella, pues la persona que en ese momento encontré más próxima se trataba de una mujer, me imprecó de muy malas maneras:

Parece usted una persona execrable ¿Cómo puede ser que no esté informado de que lo que están anunciando es el connubio de nuestro rey?

 Me quedé mirándola un tanto perplejo, pues hasta ese momento hubiese podido jurar que no existía tal rey, o sea, necesitado de un matrimonio. No sabía como responder a su pregunta, pues, si le refería mi ignorancia, era posible que a sus ojos quedase como una persona jauta, o lo que sería peor, como un total ignorante.

  En mi mente daba vueltas a esa idea. Como me pareció que iba a acabar con un dolor de cabeza bastante considerable, decidí exponer mi pregunta sin dilación:

Perdón, pero, ¿tenemos un rey casadero?

  Los ojos de ella se abrieron como platos y me miró con una expresión totalmente desaprobatoria. Pensé que todo aquello tenía los visos de un dédalo, pero preferí no emitir juicio alguno y quedé expectante dispuesto a escuchar lo que tuviese que decirme, pero ella no abría los labios para emitir sonido alguno, únicamente seguía con aquella mirada fija en mí.

miércoles, 1 de septiembre de 2021

UN GRAN EJEMPLO

 Ya estamos a 1 de septiembre de 2021. Los días transcurren tan rápido que se nos escapan como el agua que intentamos atrapar con la mano y resbala entre los dedos cayendo sin remisión.

Yo continúo con los relatos inspirados en las palabras de nuestra profesora de Escritura Creativa.

En este aparece el término en negrita y cursiva.

Disfrutad leyéndolo.

Julita

  Escuchaba el resonar de sus pasos por aquellas losas de piedra que recorrían las grandes estancias que conformaban parte del Foro. Le encantaba recorrerlas, admirar sus frisos, obras de tantos artistas que contaron siempre con el apoyo de los Mecenas Romanos para poder llevarlas a cabo. Los contraluces que las cúpulas abovedadas, con su pulcra disposición, repartían por cada uno de los rincones de aquella majestuosa construcción. Roma era el máximo exponente de las artes en el mundo, comparándose e incluso en ocasiones, superando a Grecia. 

  No podía evitar sentirse fascinado por lo que su gran pueblo era capaz de hacer y, sucumbía a su belleza. Todo cuánto le rodeaba era inmenso, majestuoso y aunque comprendía que la presencia de aquellos legionarios era necesaria para su defensa, se sentía intimidado por ella, le causaban mucho respeto a la vez que temor. Se sentía incapaz de ser uno de ellos como pretendía su padre. Estaba seguro de que no había nacido para eso y mucho menos para llegar a ser General.

  Lo que él soñaba en realidad era convertirse en erudito, pero no podía expresarlo, seguro como estaba de que no era lo que querían escuchar en su  casa, una familia de famosos soldados. Desde pequeño había oído las grandes hazañas que Roma consiguiera gracias a sus legiones y de cómo se había transformado en un Imperio.

domingo, 1 de agosto de 2021

LA TORNABODA

1 de agosto de 2021 y yo continúo con los relatos basados en las palabras o frases propuestas en el Taller de Escritura, en este caso no es otra que la que da nombre al título, o sea Tornaboda, así que aquí os lo dejo.

Julita


  Andaba yo por esos campos de Castilla a lomos de mi jamelgo; un muy poco brioso corcel, más mula que cualquier otra cosa, cuando mis ojos divisaron a lo lejos un gran bullicio que me hizo tirar de las riendas sin tardanza.

  Me quedé muy pensativo mirando pues, es de todos conocido que en estos tiempos que corremos resulta menester cerciorarse primero y antes de descabalgar de lo que acontece para, de ese modo, evitar en lo posible cualquier sobresalto que pudiese dar al traste con las intenciones que lleva uno.

  Con mucha calma, gran tino y sin apresurar a mi cabalgadura, cosa por otra parte en absoluto difícil de conseguir, fui aproximándome a lo que, a mi entender, parecía una gran algarabía.

  Tuve la suerte de que nadie se fijase en ninguno de nosotros, ni en el jinete ni en la montura, por lo que pude cerciorarme de que no cruzarían espada conmigo pues, tan borrachos y alegres como estaban, serían incapaces de sostenerla.

  Cuando por fin se percataron de mi presencia, no pude evitar ponerme a la defensiva y, en un acto instintivo, acerqué mi mano a la empuñadura, aunque  no fue necesario, como he dicho, desenvainarla, porque ellos con gran alborozo me convidaron a desmontar. Creo que debieron de tomarme por alguno de sus parientes, pues me unieron sin ningún tipo de recelo a sus chanzas.

jueves, 1 de julio de 2021

EVA Y CARLOS

 1 de julio de 2021 y aquí estoy de nuevo con los relatos en los que utilizo las palabras que nos propone nuestra profesora de Escritura Creativa.

En esta ocasión también he puesto unas cuantas que se distinguen por estar escritas en cursiva.

Aquí os lo dejo.

Julita

   Eva siempre tuvo una elocuencia fuera de lo normal, era capaz incluso de explicar lo inefable, cosa bastante difícil para el resto de los mortales, pero no para ella, pues como solía decir: “era pan comido”.

  Todo cambió el día que se presentó en la buhardilla, lugar al que ella había acudido para encontrar un poco de paz, puesto que el resto de su familia se encontraba reunido en el salón, el melifluo de Carlos, vestido totalmente de blanco.

  Trataba de levitar y para conseguirlo, había asido con sus manos una sábana del mismo color virginal de las nubes blancas y limpias que forman cirros en el cielo azul y que llevaba colocada a modo de capa. Mientras la levantaba sobre sí mismo, decía que se consideraba etéreo.

  Eva se quedó sin palabras, su garganta no emitía un solo sonido congruente.

  Apoyó la cabeza en el respaldo del sillón donde se encontraba y emitiendo un sonoro suspiro, consiguió salir del estupor que se había apoderado de ella, para decir:

—Carlos, lo tuyo es inmarcesible, no tienes arreglo.

  Pero él, haciendo caso omiso de las palabras de su hermana, continuó con su espectáculo, hasta que, como no podía ser de otro modo, pisó la sábana al bajar por las escaleras y aterrizó en medio del salón provocando un grito unánime.

Julita San Frutos©

 

miércoles, 2 de junio de 2021

ZORTES

 Buenos días, estamos ya a 2 de junio del año en curso 2021 y hoy os dejo un relato que, como en otras ocasiones, lo escribí utilizando las palabras que nuestra profesora de Escritura Creativa nos proporcionó para tal fin.

Podréis distinguirlas porque están en cursiva y espero, también como en ocasiones anteriores, que os entretenga.

Julita

No puedo permitir lo que me estás pidiendo Roberto, soy incapaz de enviar a un empleado mío a un pueblo tan enrarecido. Dicen de él que sus habitantes son sibilinos, por lo que no creo que consigas nada, pero en cambio yo no podría dormir a gusto pensando donde te encuentras.

Jefe, no le estoy pidiendo que me mande, únicamente quiero que me dé su permiso para hacerlo.

A ti lo que te pasa es que estás engentado y, con tu perseverancia, vas a conseguir que sucumba a tus deseos.

No se arrepentirá, le aseguro que volveré con una noticia impactante, seremos el periódico más famoso de España. Me dedicaré a atisbar con todo el cuidado de que sea capaz.

Parece que padezcas agorafilia. Vete, pero mantenme informado en todo momento, no quiero que por mi culpa te vuelvas melancólico.

Gracias jefe, pero ¿y si no tengo cobertura? me han dicho que como es un pueblo perdido en las montañas, las conexiones son muy difíciles.

Ya te las ingeniarás como puedas, pero necesito saber de ti al menos una vez al día. Vete de una vez y no hagas que me arrepienta.

─ ¡A sus órdenes jefe!

lunes, 3 de mayo de 2021

LA ENCRUCIJADA

Nos encontramos ya a 3 de mayo de este año 2021 que, estoy segura, quedará en nuestra memoria para siempre, como ha ocurrido con el pasado 2020.

El retraso para mi publicación ha sido por problemas técnicos y pido disculpas por ello.

El relato de hoy pertenece, como otros muchos de los que he escrito, al Taller de Escritura Creativa al que asisto. Nuestra profesora, en esta ocasión, nos propuso la palabra desandar y en él la he utilizado en tres formas diferentes que encontraréis, como suelo hacer, escritas en letra cursiva.

Espero con ansia vuestros comentarios.

Julita

  Las gotas golpeaban con fuerza en el cristal de la ventana y, al resbalar, daba la sensación de que llorasen. Pensé que quizá sí que lo hacían, lloraban por mí o, por lo que de mí quedaba.

  Me quedé absorto mirando las nubes, oscuras y amenazantes, como un presagio y, en ese mismo instante, un rayo se dejó entrever, fuerte y resplandeciente, acompañado por el estruendo de un trueno ensordecedor.

  Temblé, como hacía tiempo que no me ocurría y mi cuerpo entero se sacudió como si fuese a perder el sentido. Pensé que debía de volver a tomar las riendas de mi vida, no podía continuar por ese camino, era joven aún y mi existencia debería de tener una nueva razón, aunque me costase encontrarla.

jueves, 1 de abril de 2021

EL VALOR DE LA FELICIDAD

 1 de abril de 2021, seguimos con la misma situación que teníamos hace un año, pero lo último que debemos hacer es desesperarnos, así que hoy os dejo un relato que comenzó como un microrrelato para un concurso pero que, por alguna razón, necesité seguir escribiendo hasta que acabé convitiéndolo en un maxirrelato. Un poco más que me hubiese empeñado y quizá ahora estuviéseis leyendo una novela.

En fín, aquí os lo dejo, que lo disfrutéis.

Julita

  Me encontraba abrazado a mi madre, las lágrimas corrían por mis mejillas sin que pudiese evitarlo. Había perdido a la persona más importante de mi vida y estaba convencido de que nada volvería a ser igual.

  Mi abuelo había muerto hacía escasamente unas horas, lo hizo agarrado a mi mano con una fuerza inusitada, teniendo en cuenta el momento en que se encontraba. Quiso decirme algo, pero yo no podía entenderle, pues de sus labios únicamente salía un exiguo hilo de voz. Tuve que acercar el oído hasta casi rozar su boca y de esa forma logré entender, a duras penas, lo que deseaba.

En la habitación la del fondo está allí… ve a buscarlo… esas palabras fueron las únicas que entendí antes de que exhalase con el último suspiro y sus manos se soltasen flácidas y amoratadas de las mías.

  Permanecí varios minutos más, no puedo precisar cuántos, sentado en el borde de la cama, sin cambiar la postura ni la actitud que había tenido antes. Necesitaba asimilar lo que estaba ocurriendo, convencerme de que ésa sería la última vez que le vería. Fue entonces cuando mi madre se acercó y agarrándome por los hombros me instó, con suavidad, a incorporarme.

No podemos hacer nada más me dijo tienes que ser fuerte.

  La rodeé con mis brazos y la abracé, pero no era un abrazo normal, era el mismo con el que debe de agarrarse un náufrago al tablero que pasa por su lado, cuando se encuentra en medio del mar y que, con mucho esfuerzo, consigue alcanzar.

  Ahora no podía deshacer el abrazo, pensaba que si lo hacía, no volvería a encontrar mi rumbo, pero, debía sobreponerme. En algún momento tenía que hacer frente a la realidad de que nunca más cruzaría la calle unidos sus dedos con los míos. De que no volvería a escuchar sus historias cuando, solos los dos, jugábamos a inventarlas a cuál más descalabrada. Tampoco vería más sus guiños cómplices en la mesa, a escondidas de mis padres, cuando sabía que alguna comida no era de mi gusto y, después, el intercambio de platos con el más absoluto sigilo.

lunes, 1 de marzo de 2021

UNA DECISIÓN IMPORTANTE

Buenos días, estamos a 1 de marzo de este año 2021 en el que seguimos arrastrando los efectos de la pandemia que comenzó en 2019 y que no sabemos cuánto más durará, así que siguiendo con la norma que me propuse cuando abrí este blog, publico hoy un nuevo relato que espero, como siempre, que os entretenga aunque únicamente sean unos minutos.

Un abrazo.

Julita 

  Amaneció un nuevo día, la luz de la mañana atravesaba la ventana y se posaba en mí, obligándome a abrir los ojos.

  En ese momento me maldije por no haber cerrado las cortinas y me propuse hacerlo a la noche siguiente, aunque estaba segura de que no lo haría. Por alguna razón  que desconocía, no me gustaba dormir rodeada de oscuridad, necesitaba que la luz de la luna, incluso la de las farolas de la calle, penetrase en mi alcoba.

  El problema se presentaba como ese día, cuando por un motivo u otro, me acostaba bastante más tarde de la media noche.

  Me di cuenta de que me había espabilado por completo y que no merecía la pena llamar de nuevo a Morfeo para que acudiese en mi auxilio, por lo que decidí ponerme en pie y ajustar a mi cuerpo las zapatillas y el batín. Era esta otra de mis costumbres, en este caso adquirida en la época de mi infancia, cuando mi madre me alertaba de las consecuencias que podían sobrevenir de no hacer caso a sus consejos:

domingo, 31 de enero de 2021

NO ES CUESTIÓN DE EXPERIENCIA

 1 de febrero de 2021, seguimos enfrascados en esta pandemia que no tiene visos de remitir así como así, por ello he pensado que me viene bien publicar hoy un minirelato que escribí, como tantos otros, para el Taller de Escritura Creativa de la Pobla de Vallbona y aquí os lo dejo.

Julita

  Cuántas veces me he preguntado, no sin estupor, como pude dejarme embaucar de esa manera. ¿Fueron quizá sus modales, su saber hacer, o su sonrisa fácil lo que me fascinó? No consigo darme una respuesta, pero de lo que sí estoy segura es de que supo sonsacarme con la única intención de aprender de mí.

  Yo, que siempre he presumido de mi experiencia y de ser la única que ha conseguido mantenerse en la brecha durante años, veo ahora como me supera un imberbe, un recién llegado que es capaz de reírse de mí sin ocultarse.

  Lo peor de todo y lo que más me saca de mis casillas es notar las burlas de mis compañeros cada vez que pasan por mi lado. Me doy cuenta de que soy capaz de leer sus pensamientos como si de un libro abierto se tratase:

—¡Ahí va la imperecedera! ¿Te creías la más lista? Pues te has topado con la horma de tu zapato. Tú que mantuviste en vilo a una generación entera y que continúas haciéndolo, has conseguido que el alumno haya superado a la maestra.

  Por eso, cuando no tengo más remedio que encontrármelos y siendo consciente de sus burlas, rehúyo sus miradas mientras murmuro para mis adentros:

—¡Maldito Coronavirus que me ha dejado en pañales a mí, a la gripe!

Julita San Frutos©

viernes, 1 de enero de 2021

EL SUEÑO DE SONIA

¡FELIZ AÑO 2021 A TOD@S!

Hoy día 1 de Enero de 2021 os dejo un relato en el que continúo con los sueños, aunque en éste tenga un registro diferente.

Un abrazo. 

Julita

   Desde muy pequeña el juego al que más le gustaba jugar a Sonia era a ser bombera. Con su imaginación recreaba incendios, a los que acudía rauda para evitar que se propagasen, para ello, corría de una parte a otra de la casa, con su cuerda de saltar a modo de manguera y una cacerola en la cabeza como casco.

  En sus correrías, siempre la acompañaba su perro, que ladraba feliz de poder llevar a cabo esas hazañas. ¡Cuántas veces tropezaron con algún miembro de su familia y cuántas más recibieron la reprimenda de sus progenitores!

—Por favor Sonia —le decían— ¿puedes parar un poco? Simulas muy bien una sirena, pero, entre tus alaridos y los ladridos de Rufo, nos tienes la cabeza loca, ¡verás cómo al final vamos a acabar teniendo una desgracia!

  Pero nada de todo eso amilanaba a la niña que consiguió, con bastantes ruegos desde luego, que le regalasen un traje completo del oficio de sus sueños. Desde ese momento pudo cambiar la cacerola por un casco infantil, aunque de manguera siguió utilizando su cuerda, pues al parecer, no se atrevieron a que el disfraz incluyese una.