Aquella fiesta me estaba resultando mortalmente aburrida. Ya había saludado a las personas que conocía y a otras que el anfitrión me había presentado, pero con las que únicamente fui capaz de aguantar su conversación superflua durante escasamente unos minutos.
Por ello decidí salir a la terraza, no sin antes coger de la bandeja de uno de los camareros mi segunda copa y dejar la primera, que ya había vaciado, en ella. Mientras lo hacía, formulé un “gracias” pensando que era lo que se esperaba de mí en ese momento, aparte de ser una regla de educación bastante básica.
Me apoyé en la barandilla y me quedé observando el atardecer maravilloso que se empezaba a extender en la lejanía. Siempre me han gustado los atardeceres, cuando el sol se va poniendo poco a poco y tiñe de rojo el horizonte.
Fue entonces cuando los vi; eran dos hombres que hablaban amigablemente y reían de sus ocurrencias con una risa franca y alegre pocas veces demostrada.
Estuve tentada de acercarme para unirme a su conversación, pues me di cuenta de que conocía a uno de ellos, pero pensé que si lo hacía, rompería el hechizo que en ese momento resultaba palpable.
Les observé durante un rato buscando en mi memoria una palabra que fuese capaz de definir aquella situación y, de repente, como una luz que se enciende en la oscuridad acudió en mi rescate la “voz válida” que nuestra profesora de Escritura Creativa nos había propuesto indagar, pues es muy probable que acabe convirtiéndose en palabra. Esa era la que necesitaba pues contenía en sí misma la relación de aquellos dos hombres; un verdadero bromance era lo que existía entre ellos.
Antes de que fuesen conscientes de mi presencia me retiré del lugar que estaba ocupando y, dirigiéndome de nuevo a uno de los camareros, deposité mi copa vacía en la bandeja que llevaba.
Salí de aquella fiesta sin despedirme de nadie, no quería que aquella imagen se desvaneciera de mi memoria.
Julita San Frutos©

10 comentarios:
Muy sincero y realista, relato que cuenta algo que ha pasado en más de una ocasión, pero con hermosas palabras,que como siempre nos ofreces.
Muchas gracias Sabrina por tu comentario y me alegro, como siempre, que te guste lo que escribo y lo encuentres realista. Un abrazo. Julita
Pues sí Julita, estoy totalmente de acuerdo contigo. Nuestro silencio es lo mejor que podemos contemplar en un momento dado. Cada vez estoy más convencida y cada vez lo aplico más en mi vida.
Además, cuando luego reflexiono sobre ello, aún afianzo más mi teoría.
Eso no quiere decir que no me guste una buena charla entre amigos y que no disfrute de una buena conversación, ya sea trascendente o no, pero estar "calladita" me hace ver las cosas de otra manera.
Y, en el caso que tú nos propones, pues mucho mejor no interrumpir esa empatía y esa buena sintonía de la que gozan dos amigos.
Esos buenos ratos que surgen espontáneos, son los mejores.
Un abrazo como siempre y hasta junio.
Helen Pi
Me parece un relato muy realista porque en muchas ocasiones nos encontramos en alguna fiesta en la que nos parece que no pegamos nada y nos fijamos en algo ajeno y que nos consigue enganchar, como le pasa a la protagonista con los dos amigos.
Sigue con tus escritos, me gusta leerlos cada mes.
De nuevo estamos de acuerdo Helen en que son muchas las ocasiones en que preferimos callarnos y observar a estar pendientes de alguna conversación que ni nos va ni nos viene.
Gracias por tu comentario y me quedo esperando el de junio.
Me alegro mucho Jose, como te he dicho en otras ocasiones, que te guste leer mis escritos cuando los publico aquí en el blog porque es algo que me encanta y si, como es el caso, recibo un comentario, ya es el acabase!!
Hasta el próximo.
Bromance... Una palabra que no conocía y que descubro gracias a tu profesora de Escritura Creativa y a tus relatos, así como una historia que merece reflexión. Sabia decisión optar por callar y no interrumpir el intercambio de unos seres con una relación de amistad intensa! Tantas ocasiones hay en las que deberíamos hacerlo y concentrarnos de preferencia en el entorno. Así admiraríamos las bellezas que nos rodean y preservaríamos la intimidad de los demás. Gracias por recordárnoslo.
Muchas gracias a tí Marina por tu comentario, al parecer somos muchos los que estamos de acuerdo en que la decisión de la protagonista del relato fue la acertada.
Por otra parte me alegro, como siempre, el ayudaros a conocer palabras nuevas, aunque en este caso aún esté por aprobar por la Real Academia el que aparezca como tal.
Un abrazo muy fuerte.
Julita
Pero se encuentra en Internet!!! Son los más adelantados...
La verdad Marina es que a mí me parece una palabra muy bonita y su significado me encanta, lo que no sé es el por qué aún no la han aprobado siendo, como dices que se puede encontrar en Internet. En fín esperemos que no tarden.
Un abrazo.
Julita
Publicar un comentario