jueves, 1 de septiembre de 2022

EL HOMBRE DE LA GABARDINA METIÓ EL SOBRE EN EL BUZÓN

 Hoy día 1 de septiembre y siguiendo con mi costumbre, publico un relato que salió del Taller de Escritura. La frase se le ocurrió a una de las compañeras y a partir de ahí surgió este escrito.

Me alegrará mucho que disfrutéis de su lectura.

Julita

  Cuando mi madre miró el sobre con aquella mirada triste y apesadumbrada, me di cuenta de que nada bueno podía contener. Mis sospechas se confirmaron en el momento en que sacó la nota que encerraba y las lágrimas acudieron a sus ojos pugnando por salir.

  Quise explicarle lo que había visto desde la ventana de mi habitación esa mañana muy temprano, pero no tuve opción a ello, pues salió corriendo al jardín sin darme tiempo a reaccionar.

  Siempre me ha gustado levantarme muy temprano, antes de que el bullicio de la calle contamine el silencio de la noche, así puedo escuchar el primer canto de los pájaros y sentir los olores que desprende la naturaleza después del rocío de la madrugada. Para ello abro la ventana, me asomo y aspiro profundamente. No tengo en cuenta ninguna estación del año, haga frío o calor, mi ritual es siempre el mismo. Pero ese día fue diferente pues mi vista se topó con un hombre enfundado en una gabardina que metía un sobre en el buzón de la casa.

  Me extrañó mucho, pues estábamos en junio y no parecía lógico ir vestido de esa manera, por lo que decidí salir lo más aprisa que pude y enfrentarme a  él. Una decisión que a día de hoy y pensándolo tranquilamente, no era la más acertada, pues podía haberme topado con algún delincuente o exhibicionista, pero en ese momento no lo tuve en cuenta.

  De todas formas, cuando llegué ya había desaparecido y aunque miré a un lado y a otro, no encontré rastro de él, así que entré de nuevo en la casa, cogí la llave, me dirigí al buzón, lo abrí y extraje la misiva.

  Iba dedicada a mi madre, por lo que no me atreví a abrirla. Me fui a la cocina para prepararme el desayuno y la deposité encima de la mesa. Mi madre no tardó en aparecer y como siempre ha sido su costumbre, me dijo un buenos días mientras me daba un beso en la cabeza.  Su vista se posó en la carta e inmediatamente la agarró, sospechando quizá lo que contenía.

  Salí detrás de ella en el instante en que la dejó caer de su mano. Entonces se arrodilló en el suelo, colocó la cabeza entre sus manos y lloró amargamente.

  La dejé llorar mientras recogía aquél papel que acerqué a mis ojos con incredulidad. Era de mi padre. Le decía que había decidido dejarnos porque quería irse y empezar una nueva vida. Una vida en la que no teníamos cabida.

  Seguía con las excusas típicas en esas ocasiones: que nos quería mucho… que no nos iba a olvidar… que era mejor para nosotras…

  Me di cuenta de que no había tenido el valor suficiente para decírnoslo a la cara y que por eso se había disfrazado con aquella gabardina. Me alegré de no habérmelo encontrado esa mañana. Estrujé aquel papel con rabia y lo tiré lejos. Me acerqué a mi madre y cogiéndola por los hombros la abracé todo lo fuerte que pude. Le musité al oído que no se preocupase, que yo estaría siempre a su lado, que no íbamos a notar su ausencia, que las dos juntas saldríamos adelante…, mientras las lágrimas corrían por nuestras mejillas sin poder hacer nada por evitarlo.

  La ayudé a levantarse y abrazadas nos dirigimos a la casa.

  Yo tenía entonces 15 años…

Julita San Frutos©

 

 

2 comentarios:

Marina dijo...

Una vez más, este nuevo relato, impregnado de sensibilidad, me ha dejado con ganas de leer más, a pesar de entender que, en realidad, no hay mucho que añadir.
La cobardía puede hacer más daño que el hecho en sí. No querer afrontar los problemas, no tratar de solucionarlos, causa estragos al no permitir a los involucrados argumentar y defenderse. Pero la cobardía es otra de las características de los seres humanos.

Juli imagina historias dijo...

Tienes toda la razón Marina la cobardía es una lacra que hace daño porque, como dices, al no enfrentarse a las cosas no se pueden argumentar.
En este caso y como me han comentado el Facebook, a la larga era mejor para ellas, porque tener a tu lado una persona que no te merece, no es plato de gusto, pero en el momento no es nada agradable.
Un abrazo.