Escuché una voz enérgica a mi espalda pero no entendí bien lo que decía, así que decidí prestar atención agudizando mis oídos, pero sin volverme, pues no estaba seguro de que se dirigiera a mí y, por otra parte, he aprendido que es preferible no darse por aludido hasta el momento en que no te quede otra opción que hacerlo. A mi entender, es una forma de evitar confrontamientos pero, en esta ocasión y al escuchar por segunda vez, fuerte y clara, la palabra que unos labios pronunciaban con bastante fuerza, no pude evitar mosquearme.
El vocablo no era otro que botarate y, si era a mí a quien se refería, iba a comprobar, sin lugar a dudas, que no soy persona que se merezca esa denominación, pero aun así, me armé de paciencia dispuesto a recibir una rectificación, no sin antes comprobar si estaba haciendo algo mal y no me había dado cuenta, pues suelo ser bastante despistado.
El problema lo tuve cuando lo oí por una tercera vez. Fue entonces cuando consideré que ya no tenía otra alternativa, pues mi aguante estaba llegando a su fin; debía darme la vuelta y encararme con la persona que me estaba denominando con ese apelativo.
Así que eso fue lo que hice y, con cara de pocos amigos, me giré dispuesto a dirigir mis pasos hacia el objetivo que me había marcado, pero cuál sería mi sorpresa cuando, en el mismo momento en que lo llevaba a cabo, mis ojos contemplaron a dos amigos que se abrazaban efusivamente mientras se decían no únicamente ese epíteto, sino otros muchos más de parecida denominación.
Me sentí tan avergonzado que únicamente hubiese querido que la tierra se me tragase y, en ese momento, noté como mi rostro se volvía bermellón. Por eso y para no llamar su atención, opté por separarme muy despacio de la barandilla en la que me encontraba apoyado y hacer mutis por el foro antes de que se fijasen en mí y se diesen cuenta de mi azoramiento.
Poco a poco caminé alejándome de allí y cuando calculé que me encontraba fuera de su vista, comencé una carrera que acabó al borde del río donde me senté en la hierba y, poniendo la cabeza entre las manos, me di cuenta de que en realidad yo sí que había sido un botarate, pues mi vergüenza y mi carrera no habían tenido razón de ser, ya que ellos ni siquiera se habían dado cuenta de mi presencia.
Julita San Frutos©

6 comentarios:
Lo que nos relatas en esta reflexión del mes de julio creo que en mayor o menor medida nos ha pasado a todos.
Cuántas veces caminando por la calle no hemos oído algo así como
"Chsssss".
Yo hace mucho tiempo que dejé de girarme. Siempre pienso que si alguien quiere algo de mí lo mejor es que me llame por mi nombre y, si no lo sabe, o no se acuerda, que dé una carrerilla hasta alcanzarme.
De lo contrario, si me doy la vuelta y no soy la aludida, se me queda una cara de tonta, que en ese preciso momento, me gustaría desaparecer.
Y, si lo piensas bien, no debería darnos vergüenza. Al fin y al cabo, sólo es una equivocación pero...
Bueno, un besito, como siempre y hasta agosto. ¿O haces vacaciones?
Si Helen, tienes razón, nos ha pasado a todos y también es verdad que nos da vergüenza cuando nos damos cuenta de que estábamos equivocados, supongo que por eso lo utilicé para este relato.
Si no pasa nada de fuerza mayor, por supuesto que nos veremos de nuevo en agosto, si me fuese de vacaciones sería a partir del 2🤣😅🙅♀️😘
Es verdad es algo que nos pasa muchas veces, que realistas son tus relatos.El tiempo te enseña a no girarte.😉
Muchísimas gracias por tu comentario Unknown y sobre todo porque leas mis relatos. Un abrazo.
Esta vez, conocía la palabra y la expresión! Y, por supuesto, como casi todos, he tenido las mismas experiencias. Hasta alguna vez he oído que me llamaban estando completamente sola y sin nadie a varios kilómetros a la redonda.
En verdad, no debería avergonzarnos reaccionar, aunque estemos equivocados, mientras nos mantengamos dentro de los límites que impone la educación y no nos dé por repartir puñetazos!
Me parece, por lo que estoy leyendo que al que más y al que menos nos pasa lo de que nos parece que se refieren a nosotros cuando en verdad no lo hace, por lo que mis relatos suelen tener mucha parte de verdad🤗
Como dices Marina, lo que no sería lógico es que nos liásemos a palos. Muy buena opinión.
Un abrazo.
Julita
Publicar un comentario