martes, 1 de marzo de 2022

ADEMANES

 1 de marzo de 2022 y un nuevo relato. Como no podía ser de otra manera, puesto que es la tónica que aparece en la mayoría de mis últimos escritos, en éste he utilizado diferentes palabras de las propuestas por nuestra profesora de Escritura Creativa.

Las encontráreis, como es normal, escritas en cursiva.

Que lo disfrutéis. Un saludo.

Julita


  Hoy es un día muy especial pues, por alguna razón que desconozco, me he levantado eufórica. Por eso lo primero que voy a hacer será salir a la calle y pasear entre los árboles con el sol calentándome con sus rayos y el sonido del piar de los pájaros acompañándome.

  En la escalera me cruzo con mi joven vecina Macarena y le suelto, como el que no quiere la cosa, un “buenos días” a la vez que le digo que la encuentro guapísima esa mañana. Ella no se extraña de mi saludo, pues me conoce bien y sabe que puedo ser extremadamente agradable cuando me lo propongo, así que me contesta con un “qué pases un buen día” y continua subiendo los escalones.

  Pero yo me quedo pensando en que lo que acabo de hacer tiene un nombre y recuerdo que es ciquiricata. Así, después de unos instantes de reflexión, reanudo mi camino.

  Por la acera se encuentra Josefa paseando a su nietecito Alberto, una criatura encantadora igual que lo es también su abuela, por lo que no puedo evitar acercarme a ellos y comenzar a hacerle carantoñas al bebé para arrancarle una sonrisa.

  De nuevo me pongo a cavilar unos segundos para darme cuenta de que lo que estoy llevando a cabo no es otra cosa que un coquito y, entonces, soy yo la que esboza una sonrisa a la vez que evito soltar una carcajada al despedirme de ellos tapándome la boca con la mano, pues podría interpretarse erróneamente.

  Continuo con mi paseo y me quedo embelesada contemplando dos pajaritos que se arrullan encaramados en la rama de un árbol, pero como no detengo mis pasos, tropiezo con el antipático de mi vecino Paco y, aunque me disculpo por mi torpeza, él levanta las manos en actitud amenazadora mientras me suelta una serie de improperios difíciles de narrar.

  De nuevo me quedo pensativa y me doy cuenta de que lo que está haciendo Paco en ese momento no es otra cosa que un desgaire, por lo que opto por seguir con mi camino y dejarle que se explaye a su gusto sin intervenir.

  Caminando, caminando, llego al parque en el que veo niños pequeños jugando y padres, madres, abuelos o abuelas ocupándose de ellos. Me siento en un banco vacío y me quedo observando el horizonte mientras, con un profundo suspiro, procuro recuperar el buen humor con el que he empezado el día.

  Ya más relajada, me pongo a pensar y, entonces, no tengo más remedio que reconocer que mi vida, como la de los demás, está llena de ademanes que se pueden definir con un nombre u otro.

  Por eso, entre ademán y ademán, voy a volver a mi casa donde me prepararé una buena comida para compensar el desgaste del paseo. La disfrutaré acompañándola de una copa de vino y el sonido de la música suave que tanto me gusta.  

Julita San Frutos©

8 comentarios:

Helen Pi dijo...

Bueno Julita, una vez más, me has hecho usar el diccionario, ya que hay palabras que nunca he utilizado.
En este relato nos cuentas tu buen humor y la ilusión con que emprendes un nuevo día, paseando y siendo zalamera.
¡Qué suerte la tuya!

Supongo que, vas escribiendo y dándole vueltas a tu relato, de un mes a otro y, esto que está pasando en Europa, no te ha dado tiempo a plasmarlo o, por contra, no has estimado oportuno escribir sobre el tema.
Sea como sea, todo tiene cabida, pero te diré que, aquí en casa, estamos tristes. Francamente tristes 😥.
Yo no sé si a vosotros os pasa igual pero lo que está ocurriendo, no sé cómo calificarlo.
Que en esta era en la que vivimos, un dictador tirano y asesino pueda estar invadiendo un país y matando a personas, simplemente por darse ese placer, no comprendo que pueda seguir pasando.
Que no haya una autoridad, con la suficiente capacidad moral (ya ves que no hablo de capacidad militar o económica), para poderle parar los pies a un villano como él y como, por desgracia, tantos otros, es algo que me abruma.
Parece que sólo algunos países tenemos la sensación de haber evolucionado pero, hay tantos todavía que viven en la edad de piedra, que se hace muy difícil entender que puedan o les guste vivir como antaño.
Parece que ya no nos acordamos tampoco de Afganistán y hace cuatro días que se quedaron tirados.
Este mundo es un asco.
Mucha verborrea, mucha palabrería pero...
Bueno, ya ves que no estoy en mi mejor momento. Debe de ser la edad y que me tomo las cosas más a pecho y soy más consciente del inmenso dolor que están pasando estas pobres personas.
La última guerra que recuerdo igual de cercana fue la de la antigua Yugoslavia, pero en aquel momento, o bien por mis obligaciones que eran otras, o bien porque era bastante más joven, no fui tan consciente de ello y me pasó mucho más inadvertida.

Muchos besos a todos y a ver cómo y cuándo podemos solucionar esta barbaridad.

Helen

Sabrina dijo...

Muy acertado,un dia feliz que necesitariamos que fuesen muchas veces.
Estupendo como siempre.

Juli imagina historias dijo...

Tienes razón Helen cuando dices que me preparo lo que voy a publicar y este relato era el que tenía para este mes.
De todas formas no he escrito absolutamente nada sobre esta guerra porque, aparte de pillarme desprevenida, no sabría qué poner: la tristeza que supone verse inmersa en pleno siglo XXI en esta barbarie no debería tener cabida; la absurdez de un tirano que, como tal, piensa únicamente en él y lo que le ocurra al resto de la humanidad se lo pasa por los "cataplines"; el que nadie haga nada para detener tal barbaridad; que los humanos nos hemos vuelto insensibles ante las desgracias de los demás; que ni Afganistán ni Sierra Leona... ni tantos otros y ahora Ucrania consigan que todo ésto no siga adelante; que los mandamases se reúnan en un inmenso salón con todas las comodidades para discutir el final del conflicto pero que no lleguen a nada y aplacen para el día siguiente si dejan de matar personas inocentes mientras no paran de morir o de abandonar sus casas sin saber siquiera si van a poder volver algún día...; no me da para un relato, al menos no uno como los que yo escribo, sería en todo caso una reseña más de las que ya ponen los periodistas.
En fín, nadie me quita la mala leche, pero mientras me dejen trataré de seguir observando los pájaros, las flores, los niños... antes de que me dejen sin nada que mirar.
Un abrazo.
Julita

Juli imagina historias dijo...

Si Unknown necesitamos pensar en días felices antes de volvernos locos.
Muchas gracias.
Julita

Àngels dijo...

Juli, gracias x hacerme sentir Esa Clara felicidad en cada uno de tus encuentros matutinos. Incluso se atisba tu felicidad al describir tu encuentro con ese gruñón. Gracias x compartir, como siempre. Echo de menos esos markets con nuestras confidencias. Abrazos.

Juli imagina historias dijo...

Muchas gracias Angels por sentirte bien cuando me lees.
Yo también echo de menos nuestras reuniones detrás de las mesas con nuestros productos. Habrá que ver como nos podemos juntar porque para nosotros esa época la hemos dado por terminada después del parón tan grande que hemos tenido.
Un abrazo muy fuerte.
Julita

Marina dijo...

Por mi parte, aunque estoy totalmente de acuerdo con los sentimientos que la situación actual en Europa provoca en personas con sensibilidad y principios,he decidido concentrarme únicamente en el relato para poder oír también el canto de los pajaritos y la algarabía de los niños. Sin que ello signifique olvidar el sufrimiento de tantos y tantos seres vivos.

Juli imagina historias dijo...

Veo Marina que has hecho como yo, ya que no podemos hacer nada para que la situación mejore, al menos que no nos quiten la posibilidad de soñar y disfrutar de lo que aún tenemos.
Un abrazo muy, muy fuerte.
Julita