El día 3 del pasado mes de mayo y después de casi 14 años disfrutando de su compañía, nuestra gata Cósmica nos dejó. Yo, como no podía ser de otra manera, le dediqué una despedida que ahora paso a publicar en estas páginas.
Julita
2 comentarios:
Helen Pi
dijo...
Juli, qué pena tan grande! Cómo lo siento! Creo que sólo las personas que hemos tenido amigos peludos podemos entender bien el dolor que se siente. Yo perdí a Tigre hace ya más de dos años y aún no puedo hablar de él sin llorar. He tenido varios gatos en casa pero como éste, ninguno. Yo estoy segura que cuando se muera gente de mi propia familia no le lloraré tanto ni lo echaré tanto de menos. Lo siento por si alguien que lea esto se pueda ofender pero es la realidad. Era tan bonico! Y de momento, no quiero más. Sé que en mi casa van a estar fenomenal y que hago mucho bien cogiendo a otro porque yo NUNCA compro, pero todavía no estoy preparada. Y te hablo de mí pero mi marido y mi hija tampoco lo están.
Nosotros hemos cogido gatos de la calle, hemos adoptado en la protectora o nos lo han regalado. La primera gata que tuve, Dama, la cogimos del contenedor de basura. Tenía dos días y los ojos cerrados. Una vecina la había tirado. Buscamos una farmacia de guardia y la tuvimos catorce años. Cuando Dama tenía tres llegó Mimo. Un verano apareció en la calle llena de pulgas y muy enferma. Bueno, pues también se quedó otros catorce años con nosotros. Luego llegó mi hija y los gatos quedaron un poco relegados hasta que fuimos a la protectora y adoptamos a Nuca. Sólo supimos de ella el nombre, que tenía trece años y que su dueña había fallecido y nadie se quería hacer cargo. Sólo estuvo con nosotros nueve meses. Cuando le hicieron la autopsia supimos que nada más le funcionaba un riñón y fue el que le falló. Aunque fue poco el tiempo que la tuvimos nos alegramos de que el animalito tuviera un final mejor del que hubiera tenido metida dentro de una jaula.
Y luego llegó Tigre. Y como estoy casi segura de que no podré tener un gato igual que él, pues no me hago el ánimo de tener más. Y también te diré que me he hecho cómoda y sin animales en casa tengo una libertad que valoro mucho.
Bueno y ésta es mi historia gatuna. Te reitero que lo siento mucho Juli y que sé que como todavía tienes alguno más por casa, sólo te deseo que los disfrutes por mucho tiempo. Un abrazo más fuerte que en otras ocasiones.
Muchas gracias Helen por tu comentario, me habías dicho lo de Tigre y se, por experiencia, que se siente mucho. Nosotros, al igual que vosotros, los animales que tenemos siempre son recogidos o regalados por no poder hacerse cargo de ellos. Desde 1987 no hemos dejado de tener tanto perros como gatos, lógicamente nos han ido dejando (es ley de vida), pero nos sentimos solos cuando no tenemos alguno, por eso el año pasado nos quedamos los dos hermanos que tenemos ahora y que de paso ayudan a que las ratas que nuestro vecino se conoce que cría en el garage, pues siempre tiene, no se nos metan dentro de casa como sería el caso si no estuviesen Blaqui y Nube. Te tengo que decir que entre ayer y hoy ya han traído tres ratoncitos, menos mal que se ocupan de matarlos. No me gusta el maltrato animal, pero lo de las ratas... Los perros en este momento de nuestra vida nos resultan más complicados porque necesitan una atención diferente a los gatos. En fin, para finalizar, todos y cada uno de los animales que hemos tenido y tenemos, tiene su propio carácter e historia y llegamos a quererlos y recordarlos con cariño cada uno de los días, siempre por una razón u otra. Un abrazo. Julita
2 comentarios:
Juli, qué pena tan grande!
Cómo lo siento!
Creo que sólo las personas que hemos tenido amigos peludos podemos entender bien el dolor que se siente.
Yo perdí a Tigre hace ya más de dos años y aún no puedo hablar de él sin llorar. He tenido varios gatos en casa pero como éste, ninguno.
Yo estoy segura que cuando se muera gente de mi propia familia no le lloraré tanto ni lo echaré tanto de menos. Lo siento por si alguien que lea esto se pueda ofender pero es la realidad.
Era tan bonico!
Y de momento, no quiero más.
Sé que en mi casa van a estar fenomenal y que hago mucho bien cogiendo a otro porque yo NUNCA compro, pero todavía no estoy preparada.
Y te hablo de mí pero mi marido y mi hija tampoco lo están.
Nosotros hemos cogido gatos de la calle, hemos adoptado en la protectora o nos lo han regalado.
La primera gata que tuve, Dama, la cogimos del contenedor de basura. Tenía dos días y los ojos cerrados. Una vecina la había tirado. Buscamos una farmacia de guardia y la tuvimos catorce años.
Cuando Dama tenía tres llegó Mimo. Un verano apareció en la calle llena de pulgas y muy enferma. Bueno, pues también se quedó otros catorce años con nosotros.
Luego llegó mi hija y los gatos quedaron un poco relegados hasta que fuimos a la protectora y adoptamos a Nuca. Sólo supimos de ella el nombre, que tenía trece años y que su dueña había fallecido y nadie se quería hacer cargo. Sólo estuvo con nosotros nueve meses. Cuando le hicieron la autopsia supimos que nada más le funcionaba un riñón y fue el que le falló. Aunque fue poco el tiempo que la tuvimos nos alegramos de que el animalito tuviera un final mejor del que hubiera tenido metida dentro de una jaula.
Y luego llegó Tigre. Y como estoy casi segura de que no podré tener un gato igual que él, pues no me hago el ánimo de tener más.
Y también te diré que me he hecho cómoda y sin animales en casa tengo una libertad que valoro mucho.
Bueno y ésta es mi historia gatuna.
Te reitero que lo siento mucho Juli y que sé que como todavía tienes alguno más por casa, sólo te deseo que los disfrutes por mucho tiempo.
Un abrazo más fuerte que en otras ocasiones.
Helen Pi
Muchas gracias Helen por tu comentario, me habías dicho lo de Tigre y se, por experiencia, que se siente mucho. Nosotros, al igual que vosotros, los animales que tenemos siempre son recogidos o regalados por no poder hacerse cargo de ellos. Desde 1987 no hemos dejado de tener tanto perros como gatos, lógicamente nos han ido dejando (es ley de vida), pero nos sentimos solos cuando no tenemos alguno, por eso el año pasado nos quedamos los dos hermanos que tenemos ahora y que de paso ayudan a que las ratas que nuestro vecino se conoce que cría en el garage, pues siempre tiene, no se nos metan dentro de casa como sería el caso si no estuviesen Blaqui y Nube. Te tengo que decir que entre ayer y hoy ya han traído tres ratoncitos, menos mal que se ocupan de matarlos. No me gusta el maltrato animal, pero lo de las ratas...
Los perros en este momento de nuestra vida nos resultan más complicados porque necesitan una atención diferente a los gatos.
En fin, para finalizar, todos y cada uno de los animales que hemos tenido y tenemos, tiene su propio carácter e historia y llegamos a quererlos y recordarlos con cariño cada uno de los días, siempre por una razón u otra.
Un abrazo.
Julita
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