miércoles, 31 de julio de 2024

MANOREANDO

 Uno de agosto de 2024, llevamos unos días con un calor impresionante, pero es lo que hay y no nos queda otra que soportarlo, yo, como no podía ser de otra manera, hoy publico un relato de esos que se me ocurren en algún momento en que me encuentro ociosa.

Se titula, como he puesto, MANOREANDO y lo que intenté hacer fue que en un pequeño escrito apareciese la palabra mano todas las veces que me fuese posible y este es el resultado.

Que paséis un buen mes, de vacaciones para muchos.

Julita

  Alargué mi mano para agarrar la que me ofrecía aquel perro que me miraba fijamente con una cara de súplica difícil de ignorar, sin darme cuenta de que a mano derecha de él se encontraba su dueño, al que no parecía hacerle gracia mi intromisión.

  Disimulando se la solté y acerqué la mía a los ojos para darme cuenta de que en ese momento la manecilla de mi reloj marcaba casi las doce de la tarde, por lo que, dándoles la espalda, me dirigí a mano izquierda para apresurarme a llegar a mi casa, ya que por esa parte el camino es más corto, donde me esperaba un gran bote de pintura con el que tenía que dar la última mano a las paredes del comedor.

  Sabía que, si me apresuraba, tendría tiempo de preparar a continuación en el mortero y con la ayuda de la mano del almirez, la salsa que mi madre quería utilizar para la comida. Ella, mi madre, siempre me decía que tenía muy buena mano para la cocina, pero yo no conseguía pasar de pequeños guisos sin demasiadas complicaciones. La mayoría de las veces acababa teniendo que echarme una mano para acabar lo que había comenzado con tanto entusiasmo.

  Al doblar una esquina me tropecé con una mano ingente de personas que se habían congregado para limpiar las calles del pueblo, ya que debían de quedar impolutas para los próximos juegos florales.

lunes, 1 de julio de 2024

ABRACADABRANTE

 Buenos días, nos encontramos ya a 1 de julio de 2024 y hoy, primer lunes de mes, publico un relato que, como en otras ocasiones, nació por una palabra que propuso nuestra profesora de Escritura Creativa. Supongo que os entretendrá un ratito mientras lo leéis, así que aquí os lo dejo.

Julita

  Ahí estaba yo, en la primera fila de aquel teatro al que había acudido acompañada de mis amigas. Debido a mi condición de sorda siempre me animan a situarme lo más cerca posible del escenario para, de esa forma, intentar no perderme detalle.

  Pues bien, como he dicho, ahí estaba yo pendiente de todo lo que sucedía enfrente de mí cuando el mago que estaba actuando se me dirigió haciéndome elegir una carta de la baraja que sujetaba en su mano derecha.

  Al devolvérsela la colocó entre las demás y pronunció con mucho énfasis la palabra “abracadabra”, muy utilizada en estos espectáculos. Al parecer la idea era que apareciese la carta que yo había elegido destacándose de las otras, pero en ese momento el telón se desprendió y cayó con gran estrépito, llevándose en su caída varios de los atrezos que conformaban la decoración del escenario.

  El mago quedó sepultado por todo el amasijo de telas que le cayeron encima y faltó poco para que nos ocurriese lo mismo a los de la primera fila. Acudieron raudos los tramoyistas para arreglar el desaguisado y en ese mismo momento la figura del mago emergió triunfante.

  Conservaba en sus manos la baraja tal y como minutos antes la había dispuesto. De entre las cartas asomaba la que yo había elegido. Con toda la dignidad de que fue capaz se dirigió al público en estos términos:

—Estarán conmigo en que este espectáculo ha sido “abracadabrante”.

  Los aplausos, sin hacerse esperar, atronaron en el patio de butacas.

Julita San Frutos©