jueves, 1 de febrero de 2024

EL SILENCIO QUE OBLIGA A PENSAR

 1 de febrero de 2024 y aquí estoy yo, como suele ser habitual, pensando y tratando de llegar a una conclusión, por eso os dejo el pensamiento que me ha venido a la mente y que he escrito para ello.

Que paséis un ratito agradable leyéndolo es lo que deseo.

Julita

  Envuelta en el silencio y dejando pasar los minutos mientras mi mente se retrae para que los pensamientos que la abarrotan permanezcan inmunes en su interior, me planteo si todo lo que me ha llevado hasta aquí ha merecido la pena.

  Las alegrías que en alguna ocasión he disfrutado me exigen que, en la misma medida, me embargue la tristeza.

¿Debería llorar y con las lágrimas saciar el ansia de agravio que me corroe las entrañas?

  Me lo pregunto, pero no encuentro la respuesta.

  ¿Puede la felicidad pedir a cambio una aflicción para compensarla?

  No, no debería. Tendríamos que poder disfrutar de ella mientras nos dure para coger fuerzas que nos permitan salvar los tiempos de dolor.

  Pero aquí estoy, sopesando en la balanza y sin poder evitar preguntarme hacia donde se inclinará en esta ocasión.

  Saco fuerzas de flaqueza y decido que no me importa hacia donde se incline porque sabré, como he hecho siempre, capear el temporal que se presente; reír si es lo que tengo que hacer; o llorar si es lo que en ese momento me está destinado.

  Mi mente decidirá por mí y mi corazón se acoplará a esa decisión.

Julita San Frutos©

 


2 comentarios:

Marina dijo...

Es verdad, Julita. No siempre es posible controlar nuestros pensamientos. A veces, tenemos la impresión de que el cerebro va a su aire y lo cierto es que así debe de ser, aunque la influencia de las vivencias y de todo lo que nos rodea lo impregne a lo largo de nuestra existencia.

Juli imagina historias dijo...

Estoy de acuerdo contigo, creo que el cerebro actúa a su aire y nosotros bailamos al son que nos manda. Me alegro mucho, como siempre, de que te guste, que los leas y que me comentes. Un abrazo.