sábado, 2 de septiembre de 2023

UN FUTURO POR DISEÑAR

 Buenos días, estamos a 2 de septiembre de 2023, me he retrasado un día en publicar este mes, pero espero que podréis perdonarme.

Os dejo un pequeño relato en el que no ha influido ni mi profesora del Taller de Escritura Creativa (cosa un poco rara últimamente) ni nadie que no haya sido yo misma.

Bueno, aquí lo tenéis.

Un saludo a tod@s l@s que me leéis.

Julita

  Sentía el silencio de la noche rodeando mi cuerpo. Los miedos volvieron a ocupar mi cerebro. Quería ser fuerte, arrastrar conmigo los temblores que, desde hacía un tiempo me convulsionaban. Intenté pensar en ti, recordar lo que nos llevó a la situación en la que nos encontrábamos en ese momento, pero fue peor, mucho peor. Cada vez que mi mente retrocedía, mis manos temblaban.

  Debía calmarme. Me tumbé en la roca en la que me encontraba sentado y decidí contar las estrellas. Incluso les puse nombre. Entonces una de ellas se destacó sobre las demás brillando con un brillo inesperado. Estaba seguro de que quería llamar mi atención. Que parpadeaba solamente para mí.

  Me incorporé de inmediato como si un resorte me hubiera empujado desde la roca y extendí mi brazo seguro de que podría alcanzarla. Pero cuanto más me afanaba yo por conseguirla, más se alejaba ella.

  Volví a sentarme en la peña y, aunque hacía tiempo que había dejado de fumar, saqué un cigarrillo del paquete que siempre llevaba conmigo de reserva por si, como ahora, necesitaba calmarme porque los nervios me traicionaban y, lo encendí.

  Al dejar que el humo recorriese mis entrañas, pensé de nuevo en ti. Recordé cuando me decías que no debía hacerlo, que mientras tuviese tabaco al alcance de mi mano no iba a poder dejarlo nunca. Pero llegué a la conclusión de que ahora me daba igual, porque ya nada me importaba y me hice la pregunta que llevaba guardando en mi mente ¿Qué diferencia podía existir entre morir de un cáncer de pulmón o hacerlo consumiéndome poco a poco por no poder tenerte?

  Disfruté fumando, disfruté del silencio, disfruté del cielo y de las estrellas, disfruté al fin de mi soledad y recapacité pensando que, si tu y yo estamos destinados a estar juntos, el tiempo nos ayudará a reencontrarnos, pero si no es así, debo seguir mi camino, la senda que al nacer me estuvo predestinada.

  Acto seguido me incorporé y dirigí decididamente mis pasos a luchar por diseñar un futuro con el que encontrarme.

Julita San Frutos©

2 comentarios:

Marina dijo...

Muy romántico. Y realista a la vez. Cada cual tiene que seguir su camino, apoyándose en los demás, pero avanzando solo porque la vida es individual. Los demás la hacen mejor, o peor en algunos casos, pero es responsabilidad de cada uno seguir su estrella.

Juli imagina historias dijo...

Cuánta razón tienes Marina cuando dices que cada uno debemos de seguir nuestra estrella, aunque lógicamente tengamos que tener en cuenta a los demás, pues no nos queda mas remedio. Un gran abrazo.