Nos encontramos ya a 3 de mayo de este año 2021 que, estoy segura, quedará en nuestra memoria para siempre, como ha ocurrido con el pasado 2020.
El retraso para mi publicación ha sido por problemas técnicos y pido disculpas por ello.
El relato de hoy pertenece, como otros muchos de los que he escrito, al Taller de Escritura Creativa al que asisto. Nuestra profesora, en esta ocasión, nos propuso la palabra desandar y en él la he utilizado en tres formas diferentes que encontraréis, como suelo hacer, escritas en letra cursiva.
Espero con ansia vuestros comentarios.
Julita
Las gotas golpeaban con fuerza en el cristal de la ventana y, al resbalar, daba la sensación de que llorasen. Pensé que quizá sí que lo hacían, lloraban por mí o, por lo que de mí quedaba.
Me quedé absorto mirando las nubes, oscuras y amenazantes, como un presagio y, en ese mismo instante, un rayo se dejó entrever, fuerte y resplandeciente, acompañado por el estruendo de un trueno ensordecedor.
Temblé, como hacía tiempo que no me ocurría y mi cuerpo entero se sacudió como si fuese a perder el sentido. Pensé que debía de volver a tomar las riendas de mi vida, no podía continuar por ese camino, era joven aún y mi existencia debería de tener una nueva razón, aunque me costase encontrarla.
