lunes, 1 de marzo de 2021

UNA DECISIÓN IMPORTANTE

Buenos días, estamos a 1 de marzo de este año 2021 en el que seguimos arrastrando los efectos de la pandemia que comenzó en 2019 y que no sabemos cuánto más durará, así que siguiendo con la norma que me propuse cuando abrí este blog, publico hoy un nuevo relato que espero, como siempre, que os entretenga aunque únicamente sean unos minutos.

Un abrazo.

Julita 

  Amaneció un nuevo día, la luz de la mañana atravesaba la ventana y se posaba en mí, obligándome a abrir los ojos.

  En ese momento me maldije por no haber cerrado las cortinas y me propuse hacerlo a la noche siguiente, aunque estaba segura de que no lo haría. Por alguna razón  que desconocía, no me gustaba dormir rodeada de oscuridad, necesitaba que la luz de la luna, incluso la de las farolas de la calle, penetrase en mi alcoba.

  El problema se presentaba como ese día, cuando por un motivo u otro, me acostaba bastante más tarde de la media noche.

  Me di cuenta de que me había espabilado por completo y que no merecía la pena llamar de nuevo a Morfeo para que acudiese en mi auxilio, por lo que decidí ponerme en pie y ajustar a mi cuerpo las zapatillas y el batín. Era esta otra de mis costumbres, en este caso adquirida en la época de mi infancia, cuando mi madre me alertaba de las consecuencias que podían sobrevenir de no hacer caso a sus consejos:

No salgas de la habitación sin haberte puesto la bata, que era como ella le llamaba la diferencia de temperatura de la cama al resto de la casa, puede hacer que cojas un resfriado.

  La verdad era que estábamos a finales de septiembre, pero aún el frío no se había dejado sentir, costaría todavía, pues ya sabemos lo que ocurre en esta parte del planeta, pero la fuerza de la costumbre, pudo más que el razonamiento lógico.

  Me acerqué a la ventana para abrir las hojas con el propósito de ventilar la habitación y en ese momento fijé la mirada en un señor que paseaba un perro al que llevaba sujeto por una correa y sin poder explicarme la razón, sentí que había algo que no cuadraba en mi forma de vida.

  De un tiempo a esta parte, todo en mí estaba desmadrado; trasnochaba, bebía mucho y comía cualquier cosa que sin ninguna planificación había acabado en mi carro de la compra.

  Dulce, mi gata, maulló reclamando su desayuno y tuve que apartarme de la ventana para cumplir su deseo.

  Mientras llenaba su comedero decidí cambiar, tenía que hacerlo, pues de lo contrario acabaría malogrando mi salud.

  Muchos de mis amigos se habían vuelto vegetarianos, otros incluso habían llegado más allá y ahora eran veganos, pero yo decidí en ese momento que sería climariana. El nombre me había llamado mucho la atención cuando lo escuché y me pareció de una sonoridad agradable, pero tuve que ilustrarme para saber a qué se refería.

  Estaba decidida, comería a partir del momento en que pudiese salir a comprar para llenar mi nevera, todo tipo de alimentos que respetasen el planeta.

  Empezaría por cambiar mis hábitos nutricionales y después, poco a poco y sin prisas, me centraría en lo demás.

  Sonó el teléfono, era la voz de mi amiga Cristina que había quedado con la pandilla para ir a una fiesta que celebraba Carol y me preguntaba si iría. Por supuesto acepté. Mirando a Dulce y con un tono de voz lastimera, le dije:

Bueno, tampoco corre tanta prisa, puedo empezar mañana o pasado.  

Julita San Frutos©


6 comentarios:

Sabrina dijo...

Una verdad como un templo

Juli imagina historias dijo...

Sí, yo también lo creo.

Helen Pi dijo...

Tienes toda la razón.
Y esta vez, tenía claro cómo iba a terminar tu relato.
Sólo me ha faltado leer aquello de "el lunes empiezo" porque yo soy la primera que lo llevo a cabo.
Cuántas veces hemos tomado una decisión que parecía muy transcendente y luego, a la más mínima oportunidad, cambiamos de opinión y además lo argumentamos e incluso nos lo creemos, claro está.
Pues eso, que nada es tan crucial como parece, que todo depende de la importancia que queramos darle y de elegir el momento propicio.

Un beso Julita.

Juli imagina historias dijo...

Si Helen, creo que el relato es una imagen de la realidad porque somos una gran mayoría los que dejamos para otro día el comenzar algo, pero bueno es la vida misma😁😀😍

Marina dijo...

Una vez más, comparto la opinión de Helen, aunque yo ya hace mucho tiempo que he dejado de plantearme la toma o no de decisiones que conllevan un cambio de costumbres. Llega un momento en que se pueden aceptar las malas porque ya tienen poca incidencia en lo que queda de nuestra vida, cuando la mayor parte de ésta ha quedado atrás.
Pero este relato es fiel al comportamiento humano!

Juli imagina historias dijo...

Gracias Marina, pienso como tú y también como Helen, y sí que solemos dejar para mañana lo que no nos apetece hacer hoy😁😃