Hemos empezado un nuevo año, 2020 se nos presenta con un montón de expectativas, nos corresponde a nosotr@s saber gestionarlas, tenemos unos cuantos días por delante hasta que nos llegue el siguiente año, así que debemos aprovecharlos.
Hoy publico un relato un poco ingenuo, pero no he considerarlo catalogarlo como infantil, no se lo que opinareis, sea como sea, aquí os lo dejo.
¡FELIZ 2020 A TOD@S!
Julita
Ruth se asomó a la ventana de su habitación.
Le gustaba mucho contemplar los árboles del jardín y ver cómo crecían y
cambiaban cada día.
Disfrutaba por la noche cuando la luna le
hacía guiños a través de las hojas, y ella le respondía, pues pensaba que de
esa forma se comunicaban.
Cuando llegaba el momento de meterse en la
cama para dormir, lo hacía tan contenta, que ningún mal sueño conseguía
despertarla.
Ese día, se extrañó al ver que una de las
hojas de su árbol favorito, estaba rota. Sintió una punzada de dolor ¿Cómo
podía ser? No le parecía posible ¿Cuándo habría ocurrido? ¡No pensaba
permitirlo!
Sin pensárselo dos veces, bajó corriendo las
escaleras para dirigirse al sótano, donde sabía que su padre guardaba las
herramientas.
