El día 7 del pasado mes de septiembre, la Asociación Dones d'Olocau a la que, como ya he dicho en otras ocasiones, pertenezco, celebró su cena anual para reunir a todos los vecinos, amigos y familiares a los que les apetece pasar una noche entretenida y de hermandad.
Yo, por mi parte, redacté y leí un escrito que hoy publico aquí para que pueda leerlo quienes se acerquen a estas páginas.
Pongo también el cartel que se hizo para el evento, pues ayuda a tener una idea más clara de la intención de la cena.
Julita
Hoy es un día muy especial para Dones
d’Olocau. Por tercer año consecutivo, hemos reunido aquí, en la Plaza Mayor de
nuestro pueblo, a todas las personas que nos importan, a las que nos apoyan, a
las que nos ayudan, a las que no nos dejan desistir y nos hacen pensar que la
meta, que nosotras mismas nos hemos impuesto, pueda, algún día quizá no muy
lejano, hacerse realidad.
Somos una asociación feminista, pero la
palabra feminismo, por mucho que alguno quiera transfigurar, no significa
egocentrismo, ni aislamiento, ni siquiera superioridad. Esta palabra significa
igualdad, sororidad, ayuda y apoyo.
Igualdad para todos los seres humanos que
poblamos la tierra, independientemente de ser hombres o mujeres.
Sororidad, una palabra aprobada por la Real
Academia de la Lengua hace apenas 9 meses, pero utilizada por Miguel de
Unamuno, quien fue el artífice de su existencia, en 1921. Significa hermandad
entre las mujeres, por lo que ayuda y apoyo entran dentro de este mismo
contexto.
