Se ha acabado agosto y nos encontramos en el primer día de septiembre; quizá por ello, y porque el verano se va despidiendo de nosotros, hoy quiero publicar un pequeño relato sobre una de las enfermedades que parece se han extendido en nuestra sociedad, afectando sobre todo a las personas que se encuentran, o nos encontramos, en la tercera edad. No se que os puede parecer, pero como siempre, espero vuestros comentarios.
Un saludo.
Julita
Sería un día como otro cualquiera, al menos
ese fue mi pensamiento al meterme en la cama la noche anterior.
Pero no lo fue, todo se desarrolló al
contrario de lo que me había propuesto. Para empezar, el despertador no sonó, o
no lo escuché cuando lo hizo, así que al abrir los ojos y mirar el reloj, me di
cuenta de que tenía el tiempo justo para acudir a la cita que tenía concertada.
