Buenos días, de nuevo me encuentro aquí, hoy 1 de mayo de 2024, por cierto y, como todos los años, fiesta nacional, para publicar un pensamiento que se me vino a la cabeza en un momento dado y sin ninguna explicación lógica, supongo que para sacar de mi cabeza uno de los diálogos conmigo misma a los que estoy tan acostumbrada.
En fin, aquí lo dejo para que podáis juzgarlo.
Julita
Me encuentro aquí sentada dando oportunidad a mis pensamientos para que vuelen al encuentro de una buena historia, de algo que, saliendo de mi interior, me permita liberar mis obsesiones, mis sentimientos encontrados, para que la vida me resulte más sencilla.
Me he dado cuenta de que le doy vueltas y vueltas en mi cabeza a las cosas y que, al contrario de lo que se pudiera pensar, eso únicamente me sirve para desasosegarme.
Las cosas deben de ser más sencillas. Miremos cara a cara a los problemas, sintamos como la razón nos guía cual mano amiga sin dejarnos tropezar.
¿De qué sirven la angustia o la tristeza cuando no sabemos si lo que viene a nuestro encuentro va a ser algo que aumente nuestra autoestima?
Levantemos la cabeza, pero lo suficiente para que nuestros ojos puedan observar por donde caminamos. Irgamos nuestro cuerpo pero dejándole la suficiente flexibilidad para no perjudicarnos al andar.
Dejémonos llevar, pero intuyendo que el camino que cojamos sea el correcto y así, armados por la simpleza que supone haber eliminado el lastre que nos agobiaba, vivamos la vida logrando con ello que los que nos rodean puedan ser más felices.
No he conseguido una historia ni buena ni mala, pero con mis reflexiones siento el ánimo elevarse y veo la vida con ojos diferentes.
Julita San Frutos©

