lunes, 1 de enero de 2024

LISONJA A MI PAÑUELO

Aquí estamos de nuevo, pero con la diferencia de que hoy es el primer día del nuevo año 2024 y de una nueva semana porque da la casualidad de que es lunes.

Aprovechando toda esta tesitura, os voy a dejar un relato para que paséis un momento entretenido con las cosas que se me suelen ocurrir de vez en cuando,

En fin, que el nuevo año, si ello es posible, nos traiga la tan ansiada paz que los humanos nos negamos a conseguir.

¡FELIZ AÑO 2024!

  Cuando mis ojos se llenan de lágrimas y no me dejan ver la realidad de lo que ocurre a mi alrededor, saco mi pañuelo del bolsillo derecho de mi chaqueta y con él seco con cuidado el llanto que, sin yo quererlo, ha ido resbalando por mis mejillas.

  Forma parte de mi vida. Allá donde voy, viene conmigo. No soy capaz de pensar que haría si al meter mi mano no lo encontrase. Permanece íntegro en el de mi pantalón o en el de mi chaqueta e, incluso, en el del abrigo si es que el tiempo así lo dispone, pues no es lo mismo el rigor del frío invierno que el calor agobiante del verano. No necesita nada más que sentirse cerca de mí y siempre está dispuesto para lo que yo quiera hacer con él.

 A veces le hablo pues sé que no va a dudar en escucharme y otras, le estrujo entre mis manos cuando la rabia se apodera de mi mente y no encuentro otra forma de calmarme.

  En el frío del invierno es el que enjuga mi flujo nasal y lo hace sin repulsa. En las despedidas ondea de mi mano cual bandera blanca que quisiera volar libre.

  Nunca ha ido a una corrida de toros pues es un lugar que detesto y no soy capaz de frecuentar pero, tengo la idea inequívoca de que haría un buen papel cuando de pedir la oreja del toro se tratase, aunque desde luego no le voy a poner en esa tesitura.

  Hay gente que piensa que estoy loca y puede que tengan razón pero yo me pregunto: ¿Se puede vivir sin un pañuelo?

  Que opinen de mí lo que quieran, pero estoy segura de que el mío y yo seguiremos unidos pese a todas las adversidades.

  ¡Gracias pañuelo por ser mi paño de lágrimas!

Julita San Frutos©