sábado, 1 de abril de 2023

MI BAUTIZO

 1 de abril de 2023, un día como otro cualquiera pero en el que, por alguna razón que desconozco, pienso que debo publicar el capítulo cuarto de mi libro: ELUCUBRACIONES DE UNA MENTE INCONCLUSA.

 Para los que ya lo habéis leído os refrescará la memoria y para los que no, podrán dar su opinión sobre lo que consideren oportuno.

Sea como sea, feliz mes de abril para tod@s. Aprovechad al máximo las vacaciones de Semana Santa.

Julita

  Como ya he dicho, he acarreado con la decisión de mi padre y, por supuesto, el beneplácito de mi madre, durante toda mi vida. Y no es que me pese, en ocasiones todo lo contrario, pues me permite ser, por ese motivo, diferente a los cánones establecidos en nombres, ya que a pesar del tiempo transcurrido y de lo que hemos avanzado, siguen pensando que lo utilizo como un diminutivo y que mi verdadero nombre es Julia, pero yo, consciente (pues mi madre se ocupó de ello) del problema que tuvo mi padre para que me lo impusieran, lucho por que se reconozca como nombre propio.

  En esta lucha siempre he tenido la ayuda, aparte por supuesto de mis padres, de mis hermanos y después de mi marido e hijas. En fin, creo que al final es una reivindicación de todas las personas que por una razón u otra han llegado a formar parte de mi existencia y eso, para mí, es un acto de sororidad.

  El día de mi bautizo, doce días después de que hubiese aterrizado en ese hospital, fuimos a la Iglesia (supongo que la más cercana a mi casa) todos los miembros de mi familia, excluyendo a mi madre, ya que, por aquél entonces, las parturientas permanecían en sus hogares mientras el neófito o neófita recibía las aguas bautismales. Después, y dado que solía celebrarse con un buen desayuno en casa, sí que formaban parte del séquito, disfrutaban y, por supuesto, organizaban para que todo estuviese perfecto y todos volviesen a sus casas con el estómago repuesto del ayuno que había que observar para recibir la sagrada hostia (si no se recibía resultaba muy mal visto entre la sociedad, pero dudo mucho de que mi padre fuese uno de los que se colocase en la cola).