1 de febrero de 2021, seguimos enfrascados en esta pandemia que no tiene visos de remitir así como así, por ello he pensado que me viene bien publicar hoy un minirelato que escribí, como tantos otros, para el Taller de Escritura Creativa de la Pobla de Vallbona y aquí os lo dejo.
Julita
Cuántas veces me he preguntado, no sin estupor, como pude dejarme embaucar de esa manera. ¿Fueron quizá sus modales, su saber hacer, o su sonrisa fácil lo que me fascinó? No consigo darme una respuesta, pero de lo que sí estoy segura es de que supo sonsacarme con la única intención de aprender de mí.
Yo, que siempre he presumido de mi experiencia y de ser la única que ha conseguido mantenerse en la brecha durante años, veo ahora como me supera un imberbe, un recién llegado que es capaz de reírse de mí sin ocultarse.
Lo peor de todo y lo que más me saca de mis casillas es notar las burlas de mis compañeros cada vez que pasan por mi lado. Me doy cuenta de que soy capaz de leer sus pensamientos como si de un libro abierto se tratase:
—¡Ahí va la imperecedera! ¿Te creías la más lista? Pues te has topado con la horma de tu zapato. Tú que mantuviste en vilo a una generación entera y que continúas haciéndolo, has conseguido que el alumno haya superado a la maestra.
Por eso, cuando no tengo más remedio que encontrármelos y siendo consciente de sus burlas, rehúyo sus miradas mientras murmuro para mis adentros:
—¡Maldito Coronavirus que me ha dejado en pañales a mí, a la gripe!
Julita San Frutos©

