Buenos días, aquí estoy de nuevo hoy día 1 de noviembre, festividad de todos los santos, para dejaros un pequeño relato de los que se me ocurren en alguno de los momentos en el que no hago nada y mi mente está descansada.
Un abrazo a tod@s
Julita
Abrí las dos hojas de la puerta del balcón y salí al exterior para poder observar las nubes.
Apoyándome en la barandilla, comencé a imaginar las diversas formas que a mi parecer tenían. Una de ellas llamó mi atención especialmente; parecía un duende, uno de esos que son capaces de concederte tres deseos.
Me quedé mirándola embelesada y en ese momento, ella alargó una mano para llegar hasta mí. No podía dar crédito a lo que estaba viendo, pero alargué la mía para encontrármela.
Comoquiera que no consiguiéramos llegar a tocarnos, me subí a la baranda y me estiré todo lo que pude.
Fue el golpe lo que me despertó, pues me encontraba en el suelo de la habitación, con todo el cuerpo magullado y un dolor de cabeza indescriptible al haber chocado con la mesita de noche.
Julita San Frutos©
