jueves, 31 de mayo de 2018

Sofía

Hoy publico este cuento pensando que quizá ayude a poder enfrentarse al problema que supone convivir con un niño con TDA, pero no estoy del todo segura, espero que con vuestros comentarios me hagáis saber si es verdad lo que he intentado conseguir o no. Un saludo a tod@s.
Sofía ─dice la maestra suavemente─ ¡mírame a mí! ¡estate atenta cinco minutos! solo cinco minutos mientras acabo la explicación que os estoy dando. Siéntate en tu sitio que enseguida acabo.

  Pero Sofía no puede parar, se levanta de su silla, se vuelve a sentar, se va a un rincón de la clase y de nuevo se acerca a su mesa.

  La maestra sabe que Sofía es una niña un poco difícil, su mente no la deja descansar un momento y la hace moverse, distraer a sus compañeros continuamente, incluso sin dejarles jugar tranquilos, quitándoles los juguetes en el recreo. Aunque tampoco la deja corretear con ellos ni unirse a sus juegos.

martes, 1 de mayo de 2018

MUJERES PARA QUITARSE EL SOMBRERO

El día 10 del pasado mes de Marzo, la asociación Dones d'Olocau, a la que tengo la satisfacción de pertenecer, inauguró en la Casa de la Señoría de ese municipio, una exposición titulada "DONES, PER A LLEVAR-SE EL BARRET". 
La idea era agradecer, en la figura de 23 vecinas del pueblo, a todas las mujeres que nos han precedido, su labor para allanar el camino a las que venimos detrás.
Tuve la suerte de que me pidieran redactar y leer un escrito para ese acto, del que estoy muy orgullosa.
El 21 de Abril, pude leerlo de nuevo, en el evento que celebró la Pobla de Vallbona y que se tituló "AMB LLETRA DE DONA".
A pesar de que fueron espectáculos muy emotivos, soy consciente de que únicamente una minoría de personas han podido escucharlo o leerlo. 
Ese ha sido el motivo que me ha llevado a publicarlo aquí en mi blog.
  Cuentan que hace tiempo, tanto que se ha perdido en la memoria, el mundo era oscuro, triste, silencioso, pero apareció la mujer y se iluminó.

  Las flores crecieron, los pájaros cantaron con sus alegres trinos y el sol brilló en todo su esplendor.

  De su vientre nacieron nuevas vidas que alimentó y cuidó, consiguiendo con ello que concibieran otras muchas.
  Silenciosa y abnegadamente, acabó siendo el centro de todo. Pero ese silencio se volvió en su contra, aceptó quedar recluida e incluso utilizada en muchas ocasiones, por el hombre, como moneda de cambio.
  Cuando fue consciente de su error, quiso remediarlo utilizando aquellos medios que estaban a su alcance, que no eran muchos.
  Empezó una lucha en solitario, pues cuando exponía sus ideas no encontraba apoyo ni siquiera con las de su mismo género y, aún menos, con los del contrario. Pero con mucho tesón, consiguió que unas pocas cambiasen de opinión y así, poco a poco, empezaron a unirse.
  En el campo, en las ciudades, en cualquier parte, una mujer intentaba hacerse oír, pero muchas veces, casi demasiadas, su voz era acallada y no de un modo amable precisamente.
  Ahora podemos mirar a nuestro alrededor, alargar la vista hacia nuestras madres y abuelas, a todas las que nos han precedido, a las que han trabajado sin descanso. Al ama de casa que cantando arreglaba su hogar y cuidaba de los suyos; a la que bordaba incluso a la luz de la lámpara, dejándose la vista en ello, pero que jamás perdía la sonrisa; a la que se levantaba con el alba y labraba la tierra hasta que se ponía el sol, siempre con una palabra amable en su boca y, a tantas y tantas que han contribuido a la economía y al desarrollo de sus pueblos, para que en este momento, nosotras y ellos, encontremos allanado una gran parte del camino.
  Por eso debemos inclinarnos, y quitarnos el sombrero ante todas ellas, coger el cetro y seguir con su lucha. Pero no nos engañemos, aún queda mucho por hacer, por eso, con su ejemplo, su apoyo, la fuerza que nos han conferido y nuestra unión, conseguiremos lo que nos propongamos.
  Dejaremos los caminos asfaltados a las que vienen detrás, para que puedan brillar con luz propia y que, cuando el tiempo pase, al volver la vista, tal y como nosotras hacemos ahora, puedan inclinarse y quitarse el sombrero en nuestra memoria. 

                                            Julita San Frutos© 10 de marzo de 2018