Hoy publico una reflexión que lleva bastante tiempo rondándome por la cabeza y que por algún motivo, que no se muy bien como explicarme, me ha parecido que era el día idóneo para hacerlo.
Julita
Si un día alguien me preguntase quién soy, le
diría que el resultado de todas las personas que en un momento u otro han
pasado por mi vida:
«
Mi padre; una figura muy importante para mí, pero quizá un poco
mitificada, pues no tuve tiempo suficiente para conocerle realmente.
«
Mi madre; mi mayor y mejor ejemplo.
«
Mis hermanos y hermanas; quienes con su sarcasmo me
ayudaron a formar mi carácter.
«
El vecino de arriba; un señor especial con muchos
años sobre su espalda, que me hizo comprender que yo no era ni más ni menos que
nadie.
«
Las monjitas de los dos colegios donde estudié; que con su férrea
disciplina, consiguieron en mí la estabilidad suficiente para saber comportarme
en cada ocasión.
« Mis profesoras y profesores;
que con gran tesón, lograron ubicar en mi cerebro, todo lo necesario para
enfrentarme a la vida.
«
Mis compañeros y compañeras
de estudios y trabajos; que compartieron conmigo todas sus vivencias y me
hicieron partícipe de sus sueños y esperanzas, enriqueciendo con ello las mías.
«
Mi marido; que me dio una familia maravillosa de la que disfruto, y
mucho cariño, que aún sigue demostrándome.
«
Mis hijas; que me hicieron saber lo que significaba ser madre y ahora, el
poder disfrutar como abuela y que, junto con su padre, son el eje de mi
existencia.
«
Actualmente, cuando estoy casi al final de mi vida, me encuentro con las
personas que me ayudan a que mis manos y mi cerebro sigan sirviendo para algo; mi profesora
de bolillos, quien con mucho empeño, consiguió en su día coordinar mi
mente y mis dedos, para lograr dar forma a las labores que tejo, la de
escritura, que me ha dado los
alicientes necesarios, para que sepa utilizar las palabras y plasmarlas, con
mayor o menor acierto, como les corresponde y Dones d’Olocau, que han
sabido sacarme de la urna de cristal en la que me encontraba, para darme cuenta
de los graves problemas a los que se enfrentan día a día las mujeres, luchar
por erradicarlos y lograr una sociedad más justa e igualitaria.
Es por eso que a todas, a las que nombro y a
las que no, pero que siempre llevo en mi memoria, doy las gracias, por haber conseguido que sea una
persona a la que nunca le ha faltado un ideal que llenase su vida.
Julita San Frutos© marzo de 2018
