Hubo una vez en un bosque un búho al que
todos los habitantes de los alrededores llamaban Ojines.
¿Por qué le pusieron ese nombre? ─Te
preguntarás─ porque cuando miraba entornaba mucho los ojos, tanto, que casi
llegaba a cerrarlos.
Los búhos, como estoy segura que sabes,
siempre tienen los ojos muy abiertos y por la noche aún los abren más, porque
así distinguen todo lo que les rodea. Ese es el motivo por el que lo que hacía Ojines
les resultaba tan extraño a todos sus amigos.
─ ¿Por qué
cierras tanto los ojos para mirar?
